domingo, 12 de junio de 2016

EL ARTE DEL BARROCO

EL REINO DE FLORA
El nombre del artista de esta obra es Nicolas Poussin fue un pintor francés, uno de los más destacados de la escuela clasicista. Poussin fue el fundador y gran practicante de la pintura clásica francesa del siglo XVII. Su obra simboliza las virtudes de la claridad, la lógica y el orden. Su influencia en el arte francés llega hasta la actualidad.Pasó la mayor parte de su vida pintando en Roma, excepto durante un corto período en el que el cardenal Richelieu le ordenó regresar a Francia como pintor del rey. La mayor parte de sus obras son pinturas de historia de temas religiosos o mitológicos que a menudo tienen un importante elemento paisajístico.
En el extremo izquierdo vemos al guerrero Ajax, rey de Salamina y héroe de la guerra de Troya, que desnudo y cubierto con un casco de oro se suicida arrojándose sobre su espada. A su derecha, Narciso contempla su propia imagen en un ánfora llena de agua, que sostiene una ninfa de dudoso nombre, pero que sin duda representa al agua como elemento de vida para las flores. Tras Narciso se encuentra Clitia, el tornasol, quien se vuelve hacia el cielo, hacia su amado Apolo, quien surca los aires en su carro solar. A la derecha de la composición se encuentran Crocus y Smilax, es decir, la enredadera.Tras él, Jacinto herido observa cómo su sangre da lugar a la flor que lleva su nombre. Junto a todos estos personajes vemos tres dioses: En primer lugar, y ocupando el centro de la composición, como corresponde al tema, a la propia Flora, danzando y esparciendo flores. En segundo lugar, el dios Príapo, a la izquierda, de perfil, como dios de la fertilidad. Por último aparece Apolo, en el cielo, quien, como dios solar, es fuente de vida para las flores y plantas. Es, por tanto, una alegoría del retorno anual de la vida, de la resurrección. A pesar de lo trágico de las historias de estos personajes, que también se relacionan de forma directa con la muerte, Poussin, en una composición estructurada en una elegante curva ondulada, en primer término, enmarcada en una elegante pérgola, detrás, ha representado en una armónica escena la alegría de vivir. La paleta es cálida, con una luz suave que realza el tono nacarado de los cuerpos.
Pertenece a la escuela francesa en la que destaca este pintor,es más academicista pues sus obras siguen unas reglas estrictas en la composición y el dibujo.Predomina los temas cortesanos.

domingo, 5 de junio de 2016

EL ARTE BARROCO

CÚPULA OVALADA DE LA IGLESIA DE SAN CARLO ALLE QUATTRO FONTANE
San Carlo alle Quattro Fontane. Es una iglesia construida entre 1638 y 1641 en la ciudad de Roma. Diseñada por Francesco Borromini, es una de las piezas maestras de la arquitectura barroca.
Forma parte de un conjunto de edificios monásticos instalados sobre el Monte Quirinal, fue un encargo de la Orden de los Trinitarios Descalzos, dedicados a la liberación de esclavos cristianos, en la vía Quattro Fontane en 1634. Está consagrada a Carlo Borromeo y fue encargada bajo el patronazgo del Cardenal Francesco Barberini, quien vivía en un palacio cercano. Los Trinitarios le encargaron un nuevo convento e iglesia, donde había ya una pequeña capilla. El claustro, primera parte que diseñada en el conjunto, fue proyectado por Borromini en 1635, pero se terminó en 1644, mientras que en el mismo año se terminó la fachada del Instituto sobre la actual Via del Quirinale, la iglesia y un primer campanario adyacente de planta cuadrada. La fachada de la iglesia fue diseñada y construida mucho más tarde, a partir de 1664. Después de la muerte del arquitecto en 1667, el trabajo fue continuado desde 1670 a 1680 por su sobrino Bernardo Borromini a partir de los dibujos del maestro. El campanario fue demolido para la prolongación del cuerpo convexo de la iglesia hacia la esquina de las Quattro Fontane, y se construyó uno nuevo en 1670. La decoración de la fachada se prolongó durante una década, hasta la instalación de la estatua de San Carlo en el nicho principal en 1680.
San Carlino presenta una libre agregación de espacios diversos, ya que junto con la iglesia se construyó el convento, creando un conjunto de correlaciones y contrastes en cuanto a formas geométricas, siendo el claustro del convento rectangular, mientras la iglesia presenta forma elipsoidal. La iglesia presenta una cúpula oval, concebida con una autonomía absoluta, presenta dos focos de luz, a la luz cenital que se introduce por la parte superior de la cúpula se unen los sistemas lumínicos rasantes que se introducen por la base de esta. Destaca como obra barroca pues muestra una fachada muy dinámica, hecho que se ve en la ruptura del entablamento del marco del portón y la alternancia de formas cóncavas y convexas.

EL ARTE BARROCO

APOLO Y DAFNE
Entre 1622 y 1625, Gian Lorenzo Bernini esculpió en mármol la famosa obra Apolo y Dafne. En ella se puede advertir a Apolo alcanzando a Dafne mientras ella intenta escapar. Apolo está coronado con una corona de laurel que presagia la metamorfosis de Dafne en árbol de laurel. Dafne es retratada durante el proceso de transformación, de hecho sus brazos están tomando la forma de ramas mientras huye y le pide a su padre que la rescate de Apolo.Pertenece al estilo barroco. Se trata de un grupo escultórico de mármol y de tamaño natural expuesto en la Galería Borghese.
Bernini captura la transformación de Dafne con intensa emoción, retratando las diferentes etapas de sus cambios.Vista desde la espalda de Apolo, la figura de Dafne queda oculta, mostrándonos sólo el árbol en que se transforma, de modo que girando alrededor de la estatua tenemos una visión en el tiempo de la metamorfosis de la ninfa.La contraposición de los elementos y el uso del claroscuro reflejan la fuente de la escultura helenística. En el periodo helenístico existía esta percepción de Apolo como un muchacho andrógino, joven y delgado, con un peinado casi femenino, aspectos representados en esta estatua.La composición se realiza en plano-relieve, encontrándose llena de dinamismo y difuminación. El grito de horror de Dafne y el rostro perplejo de Apolo nos muestran un contraste de actitudes y aspectos que reflejan el interés por la representación de las esculturas. Dafne parece desconocer su transformación según mira hacia atrás por encima de su hombro, con los labios entreabiertos por el miedo. Su repentina detención, a consecuencia de su transformación, muestra el cabello de Dafne inmortalizado mientras gira. Mientras, Apolo se muestra estupefacto, no puede creer lo que ven sus ojos.
Bernini utiliza una composición abierta con una gran línea diagonal que otorga a la escultura un gran movimiento y dinamismo a todo el conjunto, especialmente en los ropajes ondeados y en el cabello de Dafne. La posición cercana de los personajes otorga a la obra estabilidad.